sábado, 24 de julio de 2010

Una buena noticia

Esta canción nace en Semana Santa. Me encontraba sentado en una banca de madera, bajo árboles costeros y la playa agradando mis ojos. Acababa de recibir el sacramento de la Reconciliación, y le había prometido al sacerdote que iba a profundizar en el inmenso amor que Dios me tenía. ¡He aquí la buena noticia!
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Me recorre un escalofrío
dulce como el sol
liviano como el aire
y hondo como el amor.

Una luz toca mi alma oscura;
terminó el temor,
mi cuerpo se acalora,
el vuelo comenzó.
Me salta el corazón:
¡me ama!
¡me ama!

Agua pura corre por mis labios
como manantial
borrando cada huella
de infidelidad.
Me salta el corazón:
¡me ama!
¡me ama!

Yo ya no esperaba
que estos labios secos
volvieran a besar.
Yo ya no esperaba
que todos mis sueños
se hicieran realidad.

¡Me ama, me ama, me ama!
¡Me ama, me ama, me ama!
Y me bendecirá
con tres mil tesoros (con amor eterno)
sus castillos todos (su alma y su cuerpo)
de mí serán.
¡Me ama, me ama, me ama!
¡Me ama, me ama, me ama!
¡me ama!


El amanecer de un día claro
que no terminará
que no conoce noche
que sabe sólo amar.

Y la vida brota en abundancia;
toda ilusión
es pálido reflejo
de lo que puede Dios.
Y grita el corazón:
¡me ama!
¡me ama!

Yo ya no esperaba…